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Portugal

Portugal, ubicado en la península ibérica y con una historia rica y compleja, ha experimentado una serie de desafíos económicos y políticos a lo largo de los años. En este artículo, exploraremos la interacción entre la economía y la política en Portugal, analizando los principales problemas que enfrenta el país y las perspectivas para su futuro.

 

Historia política y económica de Portugal

Portugal ha pasado por períodos de prosperidad y declive a lo largo de su historia. Durante el siglo XV, el país fue pionero en la exploración marítima y estableció un vasto imperio colonial que contribuyó significativamente a su riqueza.

El siglo XV fue un periodo de gran expansión y desarrollo para Portugal, que estableció las bases de su imperio colonial y cambió el curso de la historia mundial. La combinación de avances en navegación, ambición imperial y motivaciones económicas y religiosas llevó a Portugal a la vanguardia de la exploración europea, abriendo nuevas rutas comerciales y estableciendo contactos entre distintas partes del mundo.

Este periodo, conocido como la Era de los Descubrimientos, fue impulsado por una combinación de motivaciones económicas, tecnológicas, políticas y religiosas, lo que llevó a Portugal a convertirse en una de las primeras potencias coloniales europeas y a jugar un papel crucial en la exploración del mundo.

La expansión ultramarina portuguesa comenzó bajo el reinado de Juan I. Sin embargo, fue durante el reinado de su hijo, el Príncipe Enrique el Navegante, cuando se tomaron las iniciativas más significativas para explorar el Atlántico y las costas africanas.

El interés de Portugal en la exploración no era meramente científico o curioso. La búsqueda de una ruta alternativa a las ricas regiones productoras de especias de Asia, que eludiera el control otomano de las rutas terrestres tradicionales, era una importante motivación económica.

La exploración de la costa africana culminó con el viaje de Bartolomé Díaz en 1488, quien fue el primer europeo en navegar alrededor del extremo sur de África, el Cabo de Buena Esperanza, demostrando la posibilidad de llegar a Asia por mar.

El logro más significativo de Portugal en el siglo XV fue, sin duda, el viaje de Vasco da Gama en 1498, quien llegó a la India y abrió la ruta marítima directa al Océano Índico. Este acontecimiento no solo representó un logro técnico y náutico extraordinario sino que también marcó el inicio de la era del dominio colonial portugués en Asia. Portugal estableció rápidamente una cadena de fortalezas y colonias a lo largo de las costas africanas, en la India, y más tarde en el sureste asiático y Brasil, creando un imperio comercial global basado en el monopolio de las rutas marítimas y el comercio de especias.

Este imperio colonial proporcionó a Portugal riquezas inmensas y un estatus significativo entre las potencias europeas. Sin embargo, el mantenimiento de este vasto imperio requirió recursos considerables y, eventualmente, llevó a conflictos con otras potencias emergentes, como España y más tarde Holanda e Inglaterra, que buscaban desafiar el monopolio portugués en Asia y el Nuevo Mundo.

En los siglos siguientes, Portugal experimentó dificultades económicas y políticas, incluyendo la pérdida de gran parte de su imperio colonial y períodos de dictadura, como el régimen de Salazar que gobernó el país durante casi medio siglo hasta la Revolución de los Claveles en 1974.

Tras la transición a la democracia, Portugal se unió a la Comunidad Económica Europea (CEE), precursora de la Unión Europea (UE), en 1986. La adhesión a la UE trajo consigo beneficios económicos, incluido el acceso a fondos estructurales y programas de desarrollo, así como una mayor integración en el mercado único europeo. Sin embargo, Portugal también enfrentó desafíos, como altos niveles de deuda pública y desempleo, especialmente durante la crisis financiera global de 2008.

Estructuras para optimizar la función pública

Desafíos económicos actuales

Uno de los principales desafíos económicos que enfrenta Portugal en la actualidad es su elevada deuda pública. Aunque ha disminuido desde su punto máximo durante la crisis, sigue siendo una preocupación para los responsables de formular políticas y los inversores internacionales.

Otro desafío importante es el desempleo, especialmente entre los jóvenes y los trabajadores poco cualificados. A pesar de las mejoras en los últimos años, la tasa de desempleo sigue siendo relativamente alta, lo que afecta negativamente al crecimiento económico y contribuye a la emigración de jóvenes portugueses en busca de oportunidades laborales en el extranjero.

 

En respuesta a estos desafíos, el gobierno portugués ha implementado una serie de medidas para impulsar el crecimiento económico y reducir la deuda pública. Estas medidas incluyen reformas estructurales para mejorar la competitividad y la eficiencia del mercado laboral, así como políticas para fomentar la inversión y la innovación. Además, Portugal ha buscado diversificar su economía, promoviendo sectores como el turismo, la tecnología y las energías renovables.

A nivel político, Portugal ha experimentado una serie de cambios en los últimos años. Tras la crisis financiera, hubo un aumento en el apoyo a partidos políticos de izquierda, lo que llevó a la formación de gobiernos de coalición y acuerdos parlamentarios para aprobar presupuestos y políticas económicas. Sin embargo, en las elecciones de 2019, el Partido Socialista, liderado por António Costa, ganó una mayoría absoluta en el Parlamento, lo que le otorgó un mandato más fuerte para implementar su agenda política.

Perspectivas futuras

A pesar de los desafíos que enfrenta, Portugal tiene varias ventajas que podrían ayudar a impulsar su economía en el futuro. Su ubicación estratégica en la costa atlántica lo convierte en un importante centro de comercio y logística, y su clima templado y su rica historia y cultura lo convierten en un destino atractivo para el turismo. Además, Portugal se ha beneficiado de la inversión extranjera en sectores como la tecnología y las energías renovables, que podrían impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo en los próximos años.

La economía de Portugal mostró signos de recuperación en el último trimestre de 2023, experimentando un leve repunte en el sentimiento económico y un crecimiento sólido del empleo. Sin embargo, el crecimiento económico se desaceleró significativamente en comparación con el año anterior, afectado inicialmente por el consumo privado y la inversión debido al impacto de tasas de interés más altas. Para 2024 y 2025, se proyecta un crecimiento moderado del PIB, con tasas de 1.7% y 1.8% respectivamente. Se espera que el consumo privado se beneficie de un aumento constante en el empleo y los salarios, compensando en gran medida los mayores gastos de los hogares en pagos de intereses.

Muy recientemente la agencia Fitch mantuvo el rating de Portugal en A- con perspectiva “Estable”. Son buenas noticias para la economía portuguesa. Después de que Standard&Poor’s haya revisado al alza la calificación del país por primera vez en 13 años, Portugal mantiene el rating en A en todas las agencias. Fitch reconoce la buena gestión de las cuentas del gobierno. La agencia norte americana espera que Portugal alcance un superávit alrededor de los 0,2% del PIB en 2024 y 2025. Mientras mantiene la fuerte bajada en la deuda pública, que espera que caiga hasta cerca de 85% en 2027. Sin embargo, Fitch muestra preocupación con la turbulencia que puede venir por el lado de la política. Alerta para los peligros de la incertidumbre política en el país, después de las elecciones de 10 de marzo. La agencia espera que esta sea una legislatura marcada por difíciles negociaciones por parte de un gobierno minoritario, que podrá terminar con nuevas elecciones.